El mes de Ramadán de 2022 fue un periodo de gran agitación en todo el mundo. En 37 países con una población musulmana considerable que observa el Ramadán, unos 6.800 colaboradores de Premise pudieron captar los cambios en los precios de los alimentos -especialmente el trigo, una de las exportaciones más importantes de Ucrania- y proporcionar información "real" sobre el comportamiento y la opinión de los consumidores.
El resumen anual de Premise sobre el Ramadán incluye datos sobre cómo se observó el mes en diferentes países y cómo, durante esta época de transformación, los cambios sin precedentes en el mundo afectaron a la gente corriente.
Aumento del precio de los alimentos
Como consecuencia de la guerra en Ucrania, al comenzar el Ramadán estallaron crisis alimentarias en diversas redes de locales. Durante esta época, en la que el acceso a alimentos básicos como el trigo, los cereales y el aceite de cocina es fundamental para los que celebran el Ramadán, nuestros colaboradores informaron de aumentos en el precio del pan en las tiendas de comestibles locales. Los colaboradores de Líbano registraron el mayor aumento de los 37 países, donde el 88% de los encuestados notó un aumento del precio del pan durante el Ramadán. Esta fuerte subida puede atribuirse al reciente colapso económico del Líbano, clasificado entre las peores crisis financieras del mundo según el Banco Mundial, unido a la dependencia del país del trigo ucraniano. Además, Egipto, el país más poblado del mundo árabe, depende de Ucrania y Rusia para un 80% combinado de sus importaciones de trigo. Con una subida del precio del pan del 25%, El Cairo se ha visto obligado a fijar artificialmente el precio del pan subvencionado y no subvencionado para limitar las consecuencias. A pesar de ello, los contribuyentes egipcios, que tanto dependen del pan durante la temporada del Ramadán, han notado la subida de precios.
Y lo que es aún más importante, la guerra de Ucrania ha provocado una subida de casi el 50% del precio del aceite de cocina en todo el mundo. Los datos de Premise subrayan hasta qué punto muchas de estas redes están viendo subidas de precios en su supermercado local. En Egipto, por ejemplo, el 71% de los encuestados informó de un aumento significativo del precio del aceite de cocina durante el Ramadán. La subida de los precios también convierte los huevos en un lujo para los egipcios, con el fuerte aumento de la inflación avícola en el país.
Es evidente que el Ramadán se ha visto especialmente afectado por las subidas de precios registradas este año como consecuencia de la crisis de la guerra en Ucrania y la lenta recuperación del COVID-19, lo que ha provocado que la mayoría de los contribuyentes tuvieran menos alimentos en la mesa del Iftar. En conjunto, la subida de los precios de los comestibles ha afectado a casi el 82% de nuestros Colaboradores este Ramadán. En Yemen, el 34% de los contribuyentes han comido menos carne de vacuno o de ave este Ramadán. Comprar carne y aves de corral se ha convertido en un lujo en Yemen, lo que ha dado lugar a menos sacrificios de animales. Los mercados de ganado experimentaron un estancamiento sin precedentes debido a las subidas de precios, y la mayoría de los animales de sacrificio proceden de fuera del país. En Burkina Faso, el 30% de los contribuyentes tenían menos alimentos para el iftar, la cena que pone fin al ayuno.
Efectos en las donaciones benéficas
El Ramadán gira en torno a la importancia de retribuir haciendo buenas obras o dando el zakat durante el mes sagrado. Nuestros colaboradores se han hecho eco de la importancia de dar el zakat durante el Ramadán: el 91% afirma que considera importante retribuir a su comunidad durante el Ramadán. Este Ramadán, sin embargo, la posibilidad de dar el zakat ha disminuido para el 55% de los contribuyentes, y se ha notado en 37 países. En Turquía, nuestros datos revelaron que más del 50% de los contribuyentes se sentían menos capaces de retribuir este año.
Gracias al alcance mundial de Premise, pudimos comprobar que el Ramadán se vio muy afectado por el aumento del precio de los alimentos en 37 países. Los contribuyentes de esos países se vieron obligados a priorizar sus gastos entre la comida, la caridad y otros gastos de celebración como la compra de ropa nueva.
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